Alain et Julien Vignot

La denominación Côte-Saint-Jacques está íntimamente ligada a la familia Vignot. Con 10 hectáreas explotadas por Alain Vignot y, ahora, por Julien Vignot sobre las 13.30 hectáreas beneficiadas por la denominación, casi se podría hablar de identificación. Además, la finca Vignot es la única productora del vino blanco Bourgogne Côte-Saint-Jacques. Pero la humildad de Alain y de su hijo Julien les lleva a situar en su historia la viña y la tierra en el centro de su historia. Porque es el hecho de evocar la vid, sus secretos, los cuidados que requiere a diario lo que hace brillar los ojos de Julien. Es al intercambiar con sus interlocutores, sobre su trabajo, que el joven viticultor se revela, modestamente.

Una historia de viticultores

Las ocho horas diarias que pasa en el viñedo, cuyas hileras vigila desde su infancia, le permiten conocer la particularidad de cada cepa y las características gustativas de cada racimo. Este rigor al que se ha visto sometido Julien desde que se hizo cargo de la finca es el orgullo de Alain Vignot. La estirpe de viticultores iniciada en 1639 por Toussaint Vignot aún tiene grandes páginas por escribir.

Sin embargo, el éxito de Domaine Vignot y la propia supervivencia del viñedo Côte-Saint-Jacques no eran evidentes. Fue necesario sacrificio y perseverancia para revivir el viñedo de Jovinien que casi había desaparecido al final de la Segunda Guerra Mundial. Con la guerra, los estragos de la filoxera y la competencia de otras regiones vitivinícolas que el ferrocarril había acercado a París, las costas que dominaban Joigny se cubrieron de yermos.

Quedaban algunas hectáreas aquí y allá. Fue necesaria toda la determinación de Fernand Vignot y su hijo Jacques para hacer que la vid volviera a crecer. Nuevas parcelas amplían el viñedo. En 1975, la obtención de la denominación de origen Borgoña con la autorización para añadirle la denominación Côte-Saint-Jacques viene a dedicar años de arduo trabajo bajo los cielos de Yonne.

Vinos tintos, blancos y grises

Cuando Alain Vignot se hizo cargo del viñedo, amplió aún más la propiedad, que hoy en día cubre 12 hectáreas. Al pinot gris cultivado exclusivamente desde el desastre de la filoxera, le agrega sucesivamente pinot noir y chardonnay.

La búsqueda incesante de la calidad llevó a Alain Vignot a modernizar su bodega, a optar por engrasar las espalderas de las vides para mejorar la riqueza del suelo y así aportar los minerales esenciales para la calidad de las uvas. A lo largo de sus años de trabajo, Alain Vignot tuvo un solo objetivo: complacer a sus visitantes y amantes del vino elaborando vinos excepcionales.

Alain transmitió a su hijo Julien este deseo de hacer el bien, respetando las tradiciones. Y cuando observamos la mirada llena de orgullo que deposita con delicadeza en su hijo, no cabe duda de que Julien Vignot, desde que se hizo cargo de la finca, hace honor a la estirpe de viticultores de Yonne que han forjado a lo largo de los siglos la identidad familiar.

Heredero de un nombre, de un saber hacer y de un terroir, Julien esta concentrado en su viñedo. Este es su jardín. Expresa su talento, su arte, al aire libre, para la mayor satisfacción de nuestro paladar.